Capítulo VIII – Cinco

7 noviembre 2007

Cloud entró en la mansión. La decoración era algo antigua. Todo estaba lleno de polvo y de muebles rotos. Mientras buscaba a Sephiroth, a Cloud le pareció ver varias veces a una mujer vestida de uniforme que iba de aquí para allá. El piano empezó a sonar de repente. Llegó a la puerta que dirigía al sótano. A medida que bajaba por la escalera de caracol la temperatura era más fresca. El sótano parecía más bien una cueva. El suelo estaba lleno de esqueletos y el techo de murciélagos. Cuando llegó al final vio que Sephiroth se había abierto paso a través de una barrera de madera.

– …un organismo que se hallaba aparentemente muerto, fue hallado en un estrato geológico de 2000 años de antigüedad. El profesor Gast denominó a ese organismo Jénova… – Sephiroth andaba de un lugar para el otro leyendo un libro. El sótano estaba lleno de bibliotecas con libros de tapas de piel verde. Libros de Shin Ra. Levantó la vista un instante para mirar a Cloud y siguió leyendo – Día X, Mes X, Año X. Se ha confirmado que Jénova es un Anciano. Día X, Mes X, Año X. Aprobado el proyecto Jénova. Aprobada la utilización del reactor mako 1 – dejó de leer y aspiró hondo – El nombre de mi madre es Jénova. Proyecto Jénova… ¿Es sólo una coincidencia? Profesor Gast… por qué tuviste que morir – miró a Cloud con ira en los ojos – ¡Déjame a solas!

La luz del sótano no se apagó ni un momento durante días. Sephiroth leía como poseído un libro tras otro. Había montañas de libros por todas partes. Cloud decidió que necesitaba ayuda, así que decidió ir a verle para hablar con él.

Lo primero que oyó al llegar al sótano fueron las carcajadas de Sephiroth. Estaba sentado en una mesa con varios libros abiertos frente a él. Sólo le iluminaba la débil luz de una lamparilla en la mesa.

– ¿Quién es? – Sephiroth miró durante un rato a Cloud – Hmph… traidor.
– ¿Traidor?
– Traidor ignorante. Déjame explicarte: Este planeta pertenecía originalmente a los Cetra. Cetra era una raza itinerante. Inmigraban, colonizaban el planeta y se iban… al final del arduo viaje, encontrarían la Tierra Prometida y la felicidad suprema. Pero aparecieron aquellos a los que les disgustaba el viaje. Esos dejaron de emigrar, construyeron refugios y decidieron llevar una vida más fácil – apretó el puño y dio un golpe en la mesa – ¡Se llevaron lo que los Cetra y el planeta produjeron sin devolver una pizca a cambio! Aquellos son tus antepasados.
– Sephiroth… – Cloud miraba a Sephiroth con desesperación. Aquél no era su compañero, se lo habían cambiado. Parecía un ser de otro mundo el que hablaba. Incluso su voz sonaba como si viniera de muy lejos.
– Hace mucho tiempo ocurrió un desastre en este planeta. El planeta pudo salvarse porque los Cetra se sacrificaron. ¡Los tuyos se ocultaron para salvar sus vidas! Tras aquello, tus antepasados siguieron incrementándose – suspiró profundamente – Ahora todo lo que queda de los Cetra está en esos informes.
– ¿Qué tiene que ver todo eso contigo?
– ¿Es que no lo entiendes? Un Anciano llamado Jénova fue encontrado por Shin Ra. El proyecto Jénova. El proyecto Jénova pretendía fabricar individuos con los poderes de los Ancianos… no, los Cetra. Yo soy el único que fue fabricado.
– Fa… fabricado…
– Sí. El profesor Gast, el dirigente del proyecto Jénova, me fabricó – Sephiroth empezó a andar a grandes zancadas hacia la salida.
– ¡Sephiroth!
– Fuera de mi camino. Voy a ver a mi madre.

Lo que Cloud vio al salir de la mansión Shin Ra no se le olvidará nunca. El pueblo entero estaba en llamas. Las casas estaban destruídas o simplemente se las había tragado la tierra. Un enorme charco de sangre era la alfombra que daba la bienvenida al pueblo.
Corrió hacia su casa y se encontró a Zangan, el maestro de Tifa.

– ¡Pero si eres tú! – Zangan le miró con desconfianza – ¿Todavía estás en tus cabales?
– Sí.
– Ayúdame a rescatar a los que puedas.

Cloud fue a su casa. El fuego llegaba hasta las nubes. Cuando entró…

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