Prólogo – Siete
6 noviembre 2007
Midgar es una macrociudad, un proyecto de Shin Ra hecho realidad. Es totalmente circular y está rodeada por ocho reactores de makko, equidistantes entre sí, numerados del 1 al 8. Un muro infranqueable cruza desde cada reactor hasta el centro de la circunferencia, dividiendo la ciudad en ocho partes. En realidad cada una de esas partes es una ciudad por sí misma, pero nadie recuerda hoy el nombre de ninguna de ellas. La gente se refiere a ellas por sectores, numerados de la misma forma que los reactores.
La ciudad se divide en dos niveles: la Placa Superior y los Suburbios. Los suburbios son los sectores que están al nivel del suelo y que, debido a la placa superior, nunca ven el sol. La placa superior está situada a 50 metros de altura. Allí se encuentran la mayoría de grandes empresas y gente acomodada, como los empleados de Shin Ra.
En el centro de Midgar se alza desafiante el edificio principal de Shin Ra S.A. Miles de empleados trabajan allí a diario. Incluso el alcalde trabaja en ese edificio. Es sin duda la construcción más importante de toda la ciudad.
Shin Ra controla todo lo que entra y sale de Midgar, las leyes que se aprueban o se derogan, lo que se incorpora o excluye de la programación televisiva…
En principio es la empresa que posee los reactores y abastece a la población de energía, pero está implicada en muchos otros asuntos, legales y no legales, dentro y fuera de Midgar.
A Cloud le impresionó mucho aquel edificio cuando llegó a Midgar. En realidad le impresionó todo en general, pues venía de un pueblo pequeño que se encontraba en un valle, a las faldas del monte Nibel. Nibelheim, se llamaba.
Siempre había soñado con ser miembro de SOLDADO y cuando llegó a Midgar y presenció el poderío de los edificios e instalaciones que poseía Shin Ra, se sintió más motivado que nunca por entrar a formar parte de aquella empresa.
Sus ojos tardaron en acostumbrarse a aquella penumbra constante debida a la polución. Sólo veía la luz del sol cuando salía en alguna misión fuera de Midgar. En poco tiempo ascendió a Primera Clase y realizó algunas de las misiones más importantes, rodeado de los más importantes de los lugares más importantes. Su vida era perfecta. Nunca le ha explicado a nadie por qué dejó SOLDADO, eso era algo que guardaba para él.
Ahora Cloud iba caminando por las calles de aquella ciudad. Iba tranquilo. A decir verdad, entre todo aquel caos su tranquilidad llamaba la atención. Había quedado con Barret y los demás en reunirse en la estación del norte. Barret prefería que no avanzaran en grupo.
Miró hacia el edificio principal. Sabía que el presidente de Shin Ra estaría observando aquel desastre desde allí arriba.